Día 4, Kanchanaburi

Bangkok es una ciudad bastante caótica, hay muchísimo tráfico, es bastante difícil pasear por la ciudad, los coches no ceden el paso a los peatones, no siempre hay aceras por donde caminar, el ruido de algunos Tuk Tuk es bastante molesto, en definitiva cuando abandonas Bangkok es como quedarse sordo, para los que tenemos niños es como cuando después de un largo día con ellos los acuestas en la cama y se quedan dormiditos.

Nos dirigimos a Kanchanaburi, una pequeña ciudad a 150 km al oeste de Bangkok, nuestra intención es quedarnos dos días y visitar el parque nacional de Erawan, hay quien hace la visita a Erawan desde Bangkok en el mismo día, nosotros realmente no lo aconsejamos, de Bangkok a Kanchanaburi tardamos algo más de 3 horas en van, en la página transporte explico como y dónde compramos los billetes, la furgoneta va completa, no queda ni un asiento libre, el equipaje lo hemos dejado donde hemos podido, durante el trayecto hacemos una pequeña parada en una gasolinera donde nos obligan a bajar de la furgoneta, no se si porque al ser GLP, gas licuado en lugar de gasolina o gasoil, es peligroso que los ocupantes estén durante el repostaje, suerte que hay una tienda en la gasolinera donde aprovechamos para comprar algún refresco y algunas galletas y también aprovechamos para ir al wc.
El trayecto resulta bastante entretenido, la manera de conducir en general en Tailandia es algo diferente a como se conduce en España, por lo general no se cede el paso a los demás, el primero que llega es el primero que entra, se adelanta en casi cualquier sitio, si se adelanta y viene alguien de frente pues el que viene de frente se mete un poco en el arcén, si hay, y pasan los 3 por a la vez. También es muy común ver a motocicletas circular por el arcén en contra dirección.

Al llegar a Kanchanaburi la furgoneta nos deja en una plaza que hay en el centro de la ciudad, nada más bajar de la furgoneta un señor nos pregunto a que hotel íbamos, era un señor que iba organizando los taxis, nosotros nos hospedamos en Good Times Resort, así que nos subimos a un taxi tipo furgoneta de color roja en la parte trasera, el hotel esta a 5 escasos minutos en taxi, nada más llegar al hotel nos reciben con té de flores y un vaso de agua, la verdad es que muy agradables, un hotel es precioso a orillas del rio Kwai, del hotel destacamos sobre todo el restaurante, con una preciosa terraza frente al río, la comida es magnífica y el personal muy agradable, también había un embalse con multitud de peces, los niños disfrutaron mucho dándoles de comer a los peces, los camareros muy simpáticos les daban trozos de pan para que les echaran, ellos incluso les pusieron nombres a los peces: Rojito, Bigotitos, Anguilita.

Desayunando junto al embalse de los peces
Llegamos al medio día así que tras acomodar las cosas en la habitación fuimos a comer al restaurante del hotel, como ya he dicho nos encanto y el precio de los platos era bastante correcto.


El resto del día nos quedamos disfrutando de la piscina y descansando.


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